jueves, 1 de noviembre de 2007

Margarita Schraub Ubilla 3

MARGARITA SHRAUB: Llegó a Temuco sin la Escuela Elemental N° 6, sin la Mazurca y sin los fonógrafos.

El tiempo borró la Escuela Elemental N° 6:

“No hay nada de lo de antes ...”


Serían unas 20 las niñas que estábamos en la Escuela Elemental N° 6. Cuando sentí los gritos de los mechones que corrían al centro de Temuco y luego vi los jumpers de las escolares, me acordé de las que estuvieron conmigo en la escuela. Ya todas ellas están en el Cementerio. No he vuelto a ver a ninguna. Todas ellas que en el patio de la Escuela me decían “La Gringa”, en los tiempos en que había fonógrafos.

-Los tiempos de la escuela cuando saltamos al proscenio, recitábamos y debíamos terminar la recitación con una amplia reverencia, mientras las demás aplaudían.
Margarita Schraub Ubilla actualmente sigue tejiendo. Hace hermosos chales y chalecas, mientras su ahijado atiende el negocio que posee. Evoca con mucha lucidez los tiempos de antaño y conserva la agilidad.
Pero del Traiguén de 1898 donde nació evoca poco, puesto que salió muy niña de allí. Le impresionó más Temuco donde radicó y entró en la Escuela. Ciudad de la que salió varias veces acompañando a su difunto marido, pero luego retornó para encontrar que ya la Escuela Elemental N° 6 no estaba, ni tampoco sus maestros y ex condiscípulas. Llegó a un Temuco inmenso con edificios y calles pavimentadas, con radioemisoras, cines y televisión en colores. Muy lejos había quedado la mazurca, el salto del cordel y toda la generación de niñas que pololeaba con tantas reglas de respeto.
Nota:
artículo enviado por Any Peña, de Temuco.

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